Algunos residentes de Connecticut buscan ayudar con agua y comida, una preocupación en Puerto Rico después del Huracán María. Reunir suministros es una cosa; llevarlos a la isla es otra.
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Hamed Ayala casisaca a sumadre de Puerto Rico antes de que llegara el Huracán Irma. Peroella no queríaabandonarsu casa en el extremosuroeste de la isla. Ayala no sabía de elladespués de que Maríaatacaradirectamente.
"Pero esa zona no fue golpeada tan fuertemente como el otro lado de la isla, así que tengo esperanza de que esté bien", dijo Ayala. "Sin embargo, mi mamá tiene 83 años, así que espero que aún no se le hayan agotado los medicamentos. Tengo esperanzas de que tenga agua y de que tenga comida.".
Ayala habla en la parte trasera de la Sociedad Puertorriqueña de of New Britain, donde esta semana él y sus amigos-- miembros delClub de Motociclismo Borinqueño , se unieron a la sociedad para recolectar productos. Empacaron, movieron los paquetes con montacargas y luego los fijaron con cinta a los palés.
Ayala dijo que el esfuerzo de socorro le resulta tranquilizador y que calma sus nervios. Ya ha reunido unas 50.000 botellas de agua.
"Sé que probablemente usted ve 15 cajas de agua", dijo Ayala. "Pero si mira hacia su derecha, todo eso es agua, hay 26 palés de agua allá. Lo importante es llevarlo a los muelles. Y ahora mismo trabajamos en eso".
Pero no ha sido fácil. Cuesta unos USD 4.500 enviar un contenedor a la isla. Y no hay garantía de que llegue allá a tiempo para que sea útil. Pero eso no lo ha detenido a él ni a Héctor Torres, que manejó el montacargas.
"[Soy de] Maunabo", dijo Torres. "Y hasta la casa de mi hermana fue arrancada del suelo. Y no he sabido nada de mi familia. La única que se puso en contacto conmigo fue mi sobrina".
Su sobrina es una despachadora. Se las arregló para que alguien pudiera dar información actualizada a Héctor sobre cómo está su familia, pero esa persona tuvo que recorrer dos pueblos para tener cobertura en el celular. Y las noticias no fueron grandiosas.
"Una de mis sobrinas se puso en contacto con otra de mis sobrinas y le dijo que ellos [su familia] estaban desesperados por agua", dijo Torres. "El agua que estaban bebiendo los estaba enfermando, con vómito y diarrea".
Maggie de Jesús es la presidente de la Sociedad Puertorriqueña. Aunque está dispuesta a pagar los costos de envío de los todos los suministros, su principal preocupación es la logística una vez que los cargamentos arriben.
"No tienen alimentos, así es que considero importante que esto sea enviado tan pronto como sea posible y sea entregado a las personas", dijo De Jesús.
Para Ayala, todo está relacionado con la seguridad de su mamá. Ha intentado comprar un boleto para la isla cuatro veces. Pero los cuatro vuelos fueron cancelados.
"De hecho voy para allá a buscar a mi mamá y a traerla de vuelta", dijo Ayala. "No puede quedarse allá sola".
Casi todos los puertorriqueños están sin energía eléctrica y la mitad de los 3,4 millones de personas no tienen agua corriente.
Esta historia es parte de “The Island Next Door,” el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.