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Voluntarios De Asistencia Sanitaria Frustrados Por La Logística En Un Pueblo Montaña De Puerto Rico

Blanca Ortiz-Torres estaba sentada en un oasis puertorriqueño. Estaba en una pastelería en funcionamiento en la pequeña ciudad de Maricao, que tenía tanto un generador como una cisterna, en consecuencia, podía servir bebidas frías, café caliente, pastelería fresca y pizza.

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Pero no estaba contenta al respecto. Ella y un equipo de médicos , enfermeras y psicólogos voluntarios, no viajaron tres horas desde San Juan a una de las ciudades más pequeñas de la isla para comer una merienda. Vienen a atender a los residentes que quedaron sin hogar después de María. Pero cuando llegaron, el funcionario sanitario puertorriqueño a cargo les dijo que solo un puñado de los refugiados esperados había sido traído hasta el refugio.

Por tanto, Ortiz Torres y el equipo cruzaron la calle para pasar el tiempo , tomarse un café y desahogarse.

"Lo que están viendo es parte de lo que ha sido la mayor debilidad de todo este proceso. La falta de logística y coordinación", dijo. "Es como perder tiempo y recursos. Podríamos estar ayudando a las personas. Pero desde el primer día esto es lo que hemos estado enfrentando en Puerto Rico".

Ortiz-Torres es psicóloga y profesora en la Universidad de Puerto Rico. Ella y otros trabajan para llevar atención sanitaria y medicinas básicas  a refugios de alojamiento en zonas alejadas de la isla, parte de un gran esfuerzo que se lleva a cabo desde que pasó el Huracán María.

El Dr. Domingo Cáceres Ortiz tiene una consulta familiar privada y forma parte del esfuerzo. Él también se sentía frustrado. El sinuoso camino hasta aquí a través de las colinas no fue fácil; regresar en la oscuridad tampoco lo sería.

"No hay coordinación entre el departamento de salud y lo que estamos haciendo", dijo.  "Estamos perdiendo el tiempo.  Podemos hacer un montón de cosas con estas personas".

Ortiz-Torres dijo que la pequeña falla de logística de este día es una evidencia de algo mucho mayor, y la pastelería, con una lona en su defectuoso techo y con un generador zumbante, son una prueba.

"Si nos recuperamos de esto, no es gracias al gobierno. Es gracias a la sociedad civil, a sus individuos", dijo ella.  "Muchas personas aquí tenían la ilusión de que éramos como un país del primer mundo. Y ahora ven que no lo somos. Que somos un país pobre. Que estamos muy mal. Y cuan frágil es nuestra infraestructura o nuestra economía. Ahora lo ven".

Luis Colón cree saber por qué. Es un conductor de taxi, y estudiante de psicología y también vino al viaje. Él dice que así como María arrancó las hojas de los árboles de la isla, haciendo que fuera más fácil ver el bosque, así también limpió el camino a los puertorriqueños para que se vieran más a sí mismos.

"Ahora podemos ver entre los árboles, cosas que no veíamos antes, porque... Porque estábamos en una zona de comodidad, ¿sabes?, dijo Colón. "No estábamos conscientes de las necesidades de otros pueblos y de otras personas. Y eso es lo que resulta impactante a donde quiera que vayas".

Finalmente, el grupo dejó la cafetería y cruzó la calle hacia un viejo edificio escolar y su cancha de baloncesto cubierta. Este iba a ser el nuevo refugio de Maricao. Una mujer mayor estaba allí con su hijo, quien dijo a Ortiz Torres que su madre no había soltado a su perro desde la tormenta. Otro hombre buscaba consejería individual de un psicólogo.

Y estaba Abigail Ruiz. Ella vivía con su familia en una casa con techo de metal en el loma, más arriba de la escuela, hasta que María arrancó la mitad de ese techo. Cuando comenzaron las lluvias, ella y su esposo dicen que no tuvieron más opción que irse. Así que fueron a la vieja escuela, forzaron la entrada, mudaron todas sus pertenencias bajando el cerro y la convirtieron en un nuevo hogar. Han estado allí desde tres días después del golpe de María.  

"Fue difícil, pero tuve que hacerlo por mis hijos", dijo. "La verdad es que no tenía ningún lugar a donde ir, ningún lugar donde vivir. Y la casa no está en condiciones habitables".

Con eso, la familia Ruiz se convirtió en la primera familia en llamar a esta escuela su hogar, pero no la última. El plan es convertirla en el principal refugio de Maricao. Pero para el momento que el equipo de trabajadores sanitarios se fue, faltaban pocos por llegar.

Así que Ortiz-Torres se fue como inició, frustrada. Porque mientras más se tarden en cubrir las necesidades básicas, más tardarán las personas en regresar a la normalidad Y en comenzar a cuidar sus cuerpos y sus mentes.

"Hubiéramos querido atender a más personas. Pero al menos pienso que estamos siendo efectivos", dijo ella. "Así que si pudimos ver a cinco, aun cuando es desproporcionado considerando todos los recursos que hay aquí, al menos... Al menos, dijo, esa cinco personas fueron atendidas antes de que este equipo hiciera su largo viaje a casa.

Esta historia es parte de “The Island Next Door,” el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.

 

Jeff Cohen started in newspapers in 2001 and joined Connecticut Public in 2010, where he worked as a reporter and fill-in host. In 2017, he was named news director. Then, in 2022, he became a senior enterprise reporter.

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