Robert Fuller estaba cargando su auto con suministros en San Juan, alistándose para salir de la golpeada capital en un viaje al interior para investigar los daños a las instalaciones sanitarias, cuando conversamos con él por teléfono.
Él ha viajado a otras zonas devastadas por catástrofes -- Haití después del terremoto del 2010 e Indonesia luego del tsunami del 2004. Y aunque otras catástrofes han presenciado una gran pérdida de vidas humanas al inicio del suceso, Fuller dijo que la situación puertorriqueña es diferente.
«Esta es la primera vez en la que he visto una población afectada al 100 por ciento, cada pared, cada esquina», dijo, solo dos días después de haber arribado a la isla. «Tantas personas dependen de la cadena de asistencia sanitaria que se ha interrumpido. Esa cadena depende de la energía eléctrica y el combustible para movilizar productos y medicamentos a lugares donde los pacientes puedan acceder a ellos. Del mismo modo, las clínicas en las que podrían normalmente recibir asistencia, deben estar en funcionamiento».
«Si no se repone eso rápidamente, las personas terminarán sufriendo», dijo Fuller en la mañana del miércoles. «Los diabéticos sin su insulina enfermarán y podrían fallecer como resultado de estas dos últimas semanas».
Fuller es el jefe de medicina de emergencia de la Universidad de Connecticut y trabaja en el campo con el Cuerpo Médico Internacional, una organización de respuesta inicial con sede en California.
Casi una semana después de que el Huracán María tocara tierra en Puerto Rico, partes de la isla permanecían desconectadas de los alimentos, agua y servicios médicos.
La recuperación de las telecomunicaciones en toda la isla ha sido lenta. Muchos en la comunidad de puertorriqueños de Connecticut han estado imposibilitados de contactar a familiares y amigos desde que el huracán atacó.
Los amigos de tierra firme que tienen familiares en la isla han preguntado, a través de su esposa, si podría ayudar a contactarlos. Pero Fuller dijo que no hay manera de comunicarse en la isla, fuera de San Juan.
«Mi consejo para las personas de Connecticut con allegados puertorriqueños es: Tengan fe en que probablemente están bien porque parece que van a estarlo», dijo.
Así será, dijo, a menos que dichos allegados tengan condiciones médicas crónicas que requieren de medicamentos y asistencia. Para ellos, el tiempo es crucial.
Tucker Ives contribuyó con este informe.
Esta historia es parte de "The Island Next Door," el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.