Nelson Robles, de 56 años, es el hombre de mantenimiento de la Primera Iglesia Bautista Emanuel en el centro de Bridgeport. También es percusionista durante la misa. Todas las mañanas, camina hasta la esquina de su iglesia, justo a la derecha del altar, y ora. Él dice que mientras está de rodillas pidiendo una orientación, siente a Dios.
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"Pongo música cristiana de fondo, muy suave, y oro por un rato", dijo Robles. "Me siento a gusto y siento que Dios me habla".
Se descubrió a sí mismo pidiendo un milagro después de que el Huracán María golpeó a Puerto Rico. Su padre de 81 años y su madre de 76 años viven en Adjuntas al centro de Puerto Rico.
Ambos tienen diabetes y necesitan insulina para sobrevivir. A su madre le han amputado varias pulgadas de su pierna izquierda en varias ocasiones.
Pero desde la tormenta, Robles no lograba saber de ellos.
"Entonces dije: ‘¿Dios podrías, por favor?’". Dijo Robles. "Quiero tener noticias de mis [padres], saber cómo estaban, porque están enfermos. No sé si están tomando su medicina y eso, ni cómo están físicamente".-
Finalmente supo de una vecina a quien le había estado enviando mensajes de texto. La mujer va a casa de sus padres un par de veces a la semana para atenderlos y limpiar.
Le dijo a Robles que sus padres comparten raciones de agua embotellada y arroz con los vecinos. Y luego ella logró llamarlo. Sus padres estaban al teléfono y no se oían muy bien.
"Eso me rompió el corazón porque cuando hablan, [parecen estar] muy débiles", dijo Robles. "Yo dije: ‘Papá, no te preocupes porque yo estoy al servicio de Dios y pronto estarán fuera de la isla. Estarán con nosotros’".
A la final, Robles se enteró de una campaña en medios sociales a través del pastor de su iglesia. Carrie Firestone, una autora que vivía a 59 millas en Avon, había iniciado un proyecto de servicio comunitario en Facebook dirigido a obtener boletos de avión para personas de la isla para que pudieran salir y reconectarse con sus seres queridos.
Robles contactó a Firestone y ella reservó un vuelo para que los padres de él llegaran a Florida el 5 de noviembre. Pero los problemas no terminaron ahí. Robles le dijo a Firestone que no tenía manera de llevar a sus padres desde la casa de estos hasta el aeropuerto de San Juan.
"Yo lo resuelvo", dijo Robles. "Dije: ‘De una forma u otra, Dios me proveerá todo?. Y ella le dijo que no hiciera nada por una hora. "Y luego de eso, oh, me emociona".
Ella llamó 15 minutos después.
"Dijo: ‘Nelson, tengo buenas noticias. Volarás a donde tu familia’", dijo Robles. "Yo dije: ‘Dios mío’. Eso tocó mi corazón porque mi madre teme volar y tenía que haber alguien con ella en quien ella confíe".
Él volará el 3 de noviembre para reunirse con ellos en su casa y traerlos a Florida. Sus padres se quedarán de forma definitiva con la hermana de él.
Esta historia es parte de “The Island Next Door,”el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.
