Una unidad de dos habitaciones en Brick Hallow,en Hartford, viene con una refrigeradora, una cocina, una lavadora y secadora.
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Maribel Pérez tiene a cinco personas que viven con ella y no tiene dinero para surtir su nuevo apartamento con los muebles básicos.
"Necesito algunas [cosas] para mi nieta y para mi apartamento," dijo Pérez. "Tengo que pagar $795 al mes así que no puedo comprar nada ahora."
Tras el huracán María, las familias puertorriqueñas han tenido problemas para encontrar y pagar los apartamentos. Pero una mañana de domingo, en marzo, la ayuda iba en camino para las familias evacuadas que vivían en Brick Hollow. Ellos se están beneficiando del «Proyecto Housewarming» (calentando el hogar), un esfuerzo cooperativo para recolectar muebles para las familias.
Gracias a personas que Pérez no conoce, su nieta, Adbielyz, recibió una silla alta. Cuando María golpeó la isla el 20 de septiembre, Adbieliz tenía apenas dos semanas de edad. La madre, Kyneishly Burgos, se puso emotiva al recordar cuán difícil fue en ese momento cuidar a su recién nacida.
"Fue duro, muy duro porque no había agua ni electricidad," dijo Burgos a través de un traductor.
Su hija, de grandes ojos, tiene ahora seis meses.
"Estoy muy contenta con las cosas que las personas nos han dado," dijo Burgos. "Me dieron una cuna con colchón para mi bebé."
Josh Michtom trajo la silla alta para la familia Burgos. Michtom vive y trabaja en Hartford como defensor público. Ese domingo, ofreció voluntariamente su tiempo y su viejo autobús escolar para la causa.
Mitchom dedicó la mañana a recoger tantos artículos grandes como pudo. Dijo que no se preocupaba por si cabría todo. Él ha hecho este juego de ‘rompecabezas de muebles’ para ayudar a mudar a las personas.
"Cuando murió mi tía, [yo] desocupé su casa y era como si... no cabía ni agua, estaba tan ajustado, así es que sí se puede lograr," dijo Michtom. "En realidad, esta es una de las cosas geniales de tener un autobús, que cuando hay una necesidad, si tengo el tiempo, no me cuesta prácticamente nada ayudar. ¡Es un gusto!."
Había un flujo constante de agua por la nieve que se derretía afuera de los apartamentos. Y un flujo constante de voluntarios, aproximadamente de 15 a 20 personas. Había dos camionetas con remolques estacionadas en un callejón angosto. Estaban llenas de mesas, sillas, camas, sofás y otros muebles. Y al menos había otros dos camiones cava en la vía.
Carrie Firestone, una escritora de Avon, reunió a todas estas personas y todos estos muebles.
"Tenemos representantes del Colegio Universitario Trinity, tenemos iglesias, organizaciones locales, las familias puertorriqueñas que se han ofrecido a ayudar," dijo Firestone.
La mayor parte de los muebles fueron recolectados por Firestone y sus amigos de Facebook de Farmington Valley. Ella ha estado usando las redes sociales para ayudar a los evacuados desde que la tormenta atacó, reuniendo dinero para boletos aéreos para sobrevivientes de la isla, para que sean reunificados con su familia en in Connecticut.
Luego hubo una iniciativa que proporcionó bolsas de regalos de Navidad a más de 200 nuevos estudiantes de Hartford. Y ahora, está el Proyecto Housewarming.
"Luego del caos y trauma de pasar por esta horrible tragedia, creo que es muy importante [para las familias] sentir que: ‘Estoy establecido, tengo un hogar y mis hijos tienen camas, tenemos utensilios de cocina," dijo Firestone. "Y ahora, puedo comenzar este capítulo de mi vida."
Las familias que están recibiendo ayuda vivieron en el Red Roof Inn, en el centro de Hartford, desde que dejaron Puerto Rico. Durante seis meses después de María, sobrevivieron al invierno en una pequeña habitación de hotel, en una ciudad llena de personas desconocidas.
Yara Vázquez está contenta de haber salido del hotel. Tiene un apartamento en el tercer piso con su esposo y sus tres hijas. Es tan grande que ella bromea con que se pierde dentro del apartamento.
"Todo esto ha sido un éxito," dijo Vázquez mediante un traductor. "Porque el espacio es grande, aquí nos perdemos."
Vázquez estaba cocinando para su familia antes de la entrevista para esta historia, algo que no había hecho durante seis meses. Ella lo intentó una vez en el hotel en una hornilla, pero le dijeron que no estaba permitido. En su nuevo espacio, tiene una cocina y está contenta de haber recibido una mesa de comedor del Proyecto Housewarming. En este punto, todo ayuda a su meta:
"Una mejor calidad de vida para los niños pequeños," dijo Vázquez. "Una comunidad para ellos, para que tengan todo los que mis hijos no tienen."
Ahora que han conseguido hogares, las personas como Vázquez esperan ganar suficiente dinero para pagar la renta y conservarlos. Pero no tienen que preocuparse por comprar muebles.
Esta historia es parte de “The Island Next Door,” el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.